Revista Veritas Septiembre a Octubre 2022

Revista Veritas No. 47 Septiembre a Octubre 2022

Edición Bimestral No. 47

Septiembre a Octubre 2022

Año 8

Editorial – El discurso del enemigo

Hace muchísimos años, sobre todo después del establecimiento del Frente Nacional que diluyó la distinción entre las colectividades políticas, se planteó la necesidad de diferenciar con claridad a un conservador de un liberal. Apareció recogida en “Cien años de soledad” por la voz del Coronel Aureliano Buendía la frase de que “la única diferencia actual entre liberales y conservadores, es que los liberales van a misa de cinco y los conservadores van a misa de ocho”; la cual, perteneciente al acervo popular y, como cosa rara, no propiamente de autoría de García Márquez, sentenciaba que “la diferencia entre liberales y conservadores es que los conservadores van a misa de ocho para que los vean y los liberales a misa de cinco para que no los vean”.
Hoy por hoy, bien sabemos, los Partidos políticos han dejado de ser las instituciones republicanas que fueron y han pasado, tristemente, a ser un instrumento de la “maquinaria electoral” cuya única función consiste en dar “avales” con la promesa de un “recobro” de votos. Hoy por hoy, ningún Partido defiende una “idea de país” y, por lo mismo, ningún candidato adhiere a un Partido por defender esos ideales –pues, de hecho, no existen–. Hoy por hoy, los Partidos se encuentran al vaivén de las contiendas políticas, acomodaticias de los intereses económicos de la contratación pública, y en una permanente tensión con las “colectividades”, débiles en su forma y estériles en su permanencia, que aparecen y desaparecen, se adhieren y de transforman, con tal de lograr un escaño en los órganos colectivos o en las magistraturas del Estado.
Nuestro país, desde el final de la época virreinal y desde los inicios de la vida republicana, ha vivido en el debate de lo que podríamos denominar del “discurso del enemigo” y del “mal necesario”. Cada vez que aparece un nuevo candidato o un nuevo movimiento político ocurre no como contradictor de ideas –esencia de la política como “arte del buen gobierno” de los pueblos– sino como un contendor que quiere la aniquilación de su contrario. Por ejemplo, si el gobierno anterior o un líder aboga por la seguridad en el campo y en las ciudades una regulación su rival lo acusa de “paramilitar”; si éste pide la regulación de las “drogas ilícitas” el otro le dirá “narcotraficante”; si el uno pide “orden” el otro le dirá “fascista” y, en fin, si el otro dice “libertad” el uno le dirá “comunista”.
Lo interesante es que, aunque nos parezca una contradicción, los unos como los otros se necesitan recíprocamente para justificar, con su discurso de odio –muchas veces camuflados de pacifismo y de aceptación de la diferencia–, su permanencia en la arena política y en la vida pública del país. No podría haber un “cambio por la vida” si no existiera lo que esos mismos llaman para su conveniencia “la permanencia en la muerte”, no podría haber “amigos de la paz” si no existiera lo que ellos llaman los “amigos de la guerra”, no podría haber “liberacionistas” si no existiera lo que ellos llaman “opresores”. Esta maravillosa y hasta perversa dialéctica nos recuerda que “cuando un político dice que quiere acabar con la pobreza se refiere a la propia”.
Con todo, aunque la nueva reforma política –que pasa por la modificación del Estatuto electoral– quiere enhorabuena volver al sistema de partidos y de listas cerradas, nuestro país debe dar un “salto cuántico” para renunciar al discurso del odio y trabajar un mismo ideal llamado Colombia. No perdamos de vista que “lo único que no tolera el Partido de la tolerancia es la tolerancia” y que, parafraseando a Don Juan II de Castilla, “unidos venceremos”.
§. El Comité Editorial felicita a su Director y Editor, Don Luis Felipe Téllez Rodríguez, quien el pasado 24 de septiembre ha recibido de manos del Cabildo catedralicio la medalla de la Archicofradía Universal del Glorioso Apóstol Santiago en el altar mayor de la Catedral de Santiago de Compostela al término de la peregrinación con motivo del Año Santo Jubilar Compostelano así como la publicación de su artículo “Santiago Apóstol, Patrono de las Españas” en la Revista Compostela editada por esa misma Corporación.

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